
Un innovador mapa interactivo y una base de datos sin precedentes permiten ahora que los habitantes de las principales áreas metropolitanas del planeta conozcan su nivel de exposición a la contaminación del aire, así como las fuentes más grandes de emisiones que contribuyen al calentamiento global.
La herramienta, desarrollada por Climate TRACE, una coalición sin fines de lucro integrada por científicos, universidades y organizaciones no gubernamentales, muestra en detalle las plumas de contaminación y sus fuentes en unas 2.500 ciudades del mundo, identificando incluso las instalaciones específicas responsables de las mayores emisiones.
Una revolución en el monitoreo de la contaminación
El nuevo mapa combina información sobre contaminantes atmosféricos peligrosos (PM2.5) y gases de efecto invernadero, aprovechando un inventario global de más de 660 millones de fuentes de emisiones recopilado por Climate TRACE.
Los investigadores descubrieron que los llamados “superemisores” —instalaciones que se ubican en el 10% superior de fuentes de contaminación por volumen de PM2.5— son responsables de exponer a una cantidad desproporcionada de personas a aire peligroso. De los 1.600 millones de personas que viven en zonas con alta contaminación, más de 900 millones están expuestas directamente a estos grandes emisores.
Liderazgo global y tecnología avanzada
Climate TRACE es financiado y liderado en parte por el exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore, junto a decenas de expertos en inteligencia artificial, monitoreo ambiental y cambio climático. El nuevo mapa ofrece información sobre plantas de energía, sitios de manufactura pesada, minas, puertos y refinerías en cada área urbana analizada.
El equipo creó el mapa al combinar su inventario global con simulaciones meteorológicas de un año completo. Así, el sistema permite visualizar el movimiento de los contaminantes en un día típico y en un escenario extremo, mostrando cómo las condiciones del viento y el clima afectan la exposición de las personas.
Contaminación que enferma y calienta el planeta
Los contaminantes PM2.5 —micropartículas tan pequeñas que pueden ingresar al torrente sanguíneo o alojarse en los pulmones— representan una grave amenaza para la salud. Su exposición prolongada puede resultar letal para personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares, así como para niños pequeños y adultos mayores.
Cada año, se estima que cerca de 9 millones de muertes en el mundo están relacionadas con este tipo de contaminación.
Un ejemplo claro se observa en Houston (EE. UU.), donde 4 millones de personas están expuestas a emisiones provenientes de casi 140 instalaciones vinculadas a la industria de los combustibles fósiles. Sin embargo, no todas las fuentes provienen de plantas o refinerías: en Boston, Los Ángeles y Long Beach, el tráfico marítimo doméstico se ha identificado como un “superemisor” clave.
“Los barcos son terribles para la contaminación”, señaló Gavin McCormick, cofundador de Climate TRACE y CEO de WattTime, organización tecnológica ambiental.
Asia concentra los mayores niveles de exposición
De acuerdo con el estudio, solo una ciudad estadounidense —Nueva York— figura entre las diez áreas urbanas con más personas expuestas a contaminación proveniente de grandes emisores. La mayoría de las ciudades más afectadas se encuentran en Asia, especialmente en China, Corea y Japón.
McCormick destacó que el objetivo del mapa es visibilizar cómo se mueven los contaminantes y qué comunidades resultan más afectadas, con la esperanza de impulsar políticas públicas más efectivas para reducir emisiones.
“No sabía que vivía dentro de la pluma de contaminación de un gran emisor, eso fue impactante”, dijo McCormick. “Esperamos que miles de millones de personas vean esta herramienta y comprendan que su salud está siendo afectada por las mismas instalaciones que impulsan la crisis climática”.
Un llamado a la acción
Por su parte, Al Gore señaló: “Es una cosa medir cuánto sale de una chimenea, pero es aún más importante ver dónde termina. Espero que tanto activistas como líderes gubernamentales vean estas plumas y se sientan tan horrorizados por la contaminación como motivados a limpiarla y, al hacerlo, abordar la crisis climática”.
Toda la información generada por Climate TRACE es de acceso público y gratuito, disponible para descarga, con el objetivo de apoyar a investigadores, responsables de políticas y ciudadanos que buscan conocer mejor las fuentes de contaminación en su entorno.
En un momento en que la lucha contra el cambio climático exige datos precisos y transparencia, esta herramienta marca un avance crucial hacia un planeta más consciente, saludable y sostenible.