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El plástico amenaza los océanos

La contaminación plástica crece por el COVID-19 y pone en peligro la vida marina. Sepa qué puede hacer como ciudadano para luchar contra esta problemática.

El plástico no solo ha inundado nuestra vida sino también los océanos del planeta, y con la pandemia del COVID-19 la situación se está agravando. Aunque todavía no hay cifras oficiales acerca del impacto que el uso del plástico ha tenido en los mares durante la pandemia, los ambientalistas temen que la gran producción de mascarillas, guantes, equipos de protección y bolsas para cadáveres termine contaminando los mares y cause un daño permanente.

El temor de los ambientalistas tiene fundamento, pues se estima que solo la producción de bolsas plásticas aumentó en 250% a causa de la pandemia. Y es que, más allá de las aplicaciones del plástico para la protección de la salud, hay otros sectores que han incrementado su consumo con el COVID-19, entre ellos el rubro de alimentos que utiliza para sus envíos a domicilio, envases y bolsas de plástico de un solo uso, los cuales se utilizan y se tiran y son los que más daño causan al ambiente.

¿A dónde van los plásticos desechables?

El consumo masivo de estas bolsas y de otros productos, como las mascarillas, los plásticos en los negocios y las capas impermeables, está generando que los desechos aumenten en forma desproporcionada en todo el mundo. Para muestra dos ejemplos: según el Instituto Ambiental Tailandés, por el enorme aumento de las entregas de comida a domicilio, los desechos plásticos crecieron de 1,500 a 6,300 toneladas al día, mientras que en Singapur se desecha al día 1,470 toneladas adicionales de envases plásticos de comida para llevar.

Aunque no se puede negar que el plástico aún es vital y está sirviendo para apoyar a la sociedad durante la pandemia, la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo estimó que cerca del 75% de ese material plástico que se está produciendo se convertirá en desechos que llegarán a ríos y mares, y se sumarán a la basura que ya existe en los océanos.

Un pingüino con una mascarilla en el estómago

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el plástico representa cerca del 90% de la basura de los océanos, pues cada año se lanzan a los mares 13 millones de toneladas de este material que mata a un millón de aves y más de 100,000 especies marinas. La institución alertó que hasta el momento solo el 9% de los 9,000 millones de toneladas de plástico que se han producido en el mundo ha sido reciclado y si la tendencia continúa, en 30 años habrá más plástico que peces en el mar.

Lo peor es que con la pandemia la situación empeora. El aumento de los desechos plásticos ya se ve en calles, en las playas y en el océano. Organizaciones ambientalistas y científicos están advirtiendo sobre la creciente presencia de mascarillas, guantes desechables y botellas vacías de gel para manos en playas de distintos rincones del mundo, incluyendo el Perú. Pero no solo eso, también se ha informado sobre el caso de un pingüino de Magallanes que fue encontrado muerto en las playas de Brasil y tenía una mascarilla en el estómago.

Isla de basura y especies amenazadas

Esto se suma a las noticias, como la de la isla de basura en el Pacífico, donde se ha encontrado grandes mamíferos varados con plástico en el estómago, así como tortugas y aves marinas comiendo bolsas o atoradas por restos de plástico.

Sin embargo, el problema de fondo no es el plástico sino el uso indiscriminado e irresponsable que le da el hombre. Aunque hay algunos plásticos que son de un solo uso, como las bolsas y aquellos muy livianos que es mejor evitar, hay otros plásticos que son necesarios para nuestra vida y, si son usados de forma responsable, pueden ser reciclados y no causar la contaminación del planeta.

El problema de fondo no es el plástico sino el uso indiscriminado e irresponsable que le da el hombre.

El problema en el Perú

Según el Ministerio del Ambiente, en el Perú se consume casi 950 mil toneladas de plástico al año y solo el 0.3% se recicla y se convierte en productos con vida útil; el resto va a la basura. De hecho, las botellas de plástico son el segundo objeto más encontrado en las limpiezas de playas a nivel mundial, pese a que biodegradarse puede demorar hasta 450 años.

Úrsula Carrascal, vicepresidenta de la ONG Vida, instituto ambiental que trabaja desde 1999 como coordinador nacional de la limpieza internacional de costas y riberas, señaló que el Perú tiene algunas de las playas más contaminadas por basura marina de Latinoamérica y el mundo. Desde 1980 la contaminación por plásticos en los océanos se ha multiplicado por diez y solo en la playa de Ventanilla se han registrado 463 partículas de plástico duro por metro cuadrado de arena.

Basura biomédica mal procesada

Pero la situación se agrava con la pandemia, pues desde que empezó el confinamiento se ha registrado un aumento exponencial de la basura biomédica, es decir la basura que normalmente se generaba en un hospital y que ahora, ante la falta de atenciones, se está generando en las casas porque las personas llevan sus tratamientos al hogar. “Este tipo de desechos debería estar en una bolsa roja y ser incinerado, pero como en los hogares no conocen el manejo que deben tener se están arrojando a la basura y terminan en un relleno sanitario o un botadero contaminando el ambiente”, dijo la experta.

Carrascal anotó que estos productos causan contaminación química y pueden afectar el tracto respiratorio de las personas y también de la vida marina al ser arrastrados por los ríos hacia los océanos. Además, dependiendo del tipo de plástico, también puede permanecer 100 o 200 años en el ambiente y su acumulación puede afectar los suelos, degradándolos y haciendo que ya no pueden ser usados para áreas verdes, la agricultura o la vivienda.

Micro plásticos peligrosos

Y aún hay más. La degradación de los residuos plásticos debido a la corriente marina y la erosión propia de las sales del mar generara micro plásticos de tamaño nanométrico que pueden pasar a través de las membranas celulares y causar desórdenes de alimentación y reproducción, así como alteraciones en el metabolismo o en la fisiología hepática.

“Lo que ocurre es que este tipo de material se fracciona en el ambiente y se hace tan pequeño que ingresa fácilmente dentro del cuerpo de los animales de la fauna marina y hasta en las algas. Pero también los plásticos más grandes causan daño porque provocan atoros y asfixia en los peces y, si son plásticos de muy alta densidad que flotan, pueden impedir el paso de oxígeno al mar”, advirtió.

El impacto es tal que un grupo de científicos ya ha logrado grabar al plancton –base de la cadena alimenticia del mar–, comiendo partículas plásticas. Y si los peces, como la anchoveta peruana, consumen este plancton contaminado, el impacto puede llegar a todos.

En ese sentido, Carrascal lamentó que, a causa de la pandemia, se esté retrocediendo en lo que ya se había avanzado en este tema pues, aunque desde 2018 se aprobó la Ley N° 30884, que estableció restricciones progresivas al consumo, producción, importación y comercialización de plásticos de un solo uso, el COVID-19 ha llevado al mundo a usar otra vez de forma masiva este material.

“Debido a que en estos momentos la prioridad es la salud y la vida, los municipios no supervisan ni inspeccionan que las leyes de no usar plásticos de un solo uso se cumplan en restaurantes y mercados. No hay fiscalización ambiental, así que nos toca a los ciudadanos poner de nuestra parte para que los mares no se sigan contaminando”, manifestó la investigadora.

  • Trate en lo posible de no usar las bolsas de plástico de un solo uso. Tampoco use las bolsas biodegradables porque estas tienen un aditivo que acelera su degradación, pero nunca llegan a descomponerse del todo.

Fomente el uso de bolsas de tela u otras alternativas sostenibles para transportar sus compras.

  • Reduzca el uso de productos de material plástico y guarde los alimentos en recipientes no desechables.
  • Escoja para la decoración de su casa materiales que puedan reemplazar los artículos de plástico, como maderas, metal, una planta, etc.
  • Use ropa orgánica y reemplace la ropa que tiene muchas fibras de origen plástico, pues cuando estas ingresan  a la lavadora generan el micro plástico que llega al océano a través del sistema de drenaje.
  • Prefiera los zapatos y zapatillas ecoamigables elaborados con tela o con plásticos en reúso sacados de la limpieza de playas.
  • Evite comprar artículos que se aprovechan de la vida marina, tales como joyería de coral, accesorios de pelo hechos con conchas, etc.
  • Exija a las grandes empresas que sus productos no tengan tantos envoltorios de plásticos que son innecesarios.
  • Si practica deportes o actividades que se realizan en el agua, no tire nada por la borda. Siempre elija la opción que sea más respetuosa con el medio ambiente.
  • Ayude a cuidar las playas. Es importante dejar siempre el lugar limpio y recoger la basura al abandonar el lugar.
  • Apoye a las organizaciones que luchan contra la contaminación para proteger el hábitat y la fauna marina.

Datos:

  • Por cada cinco kilos de peces que habitan el mar hay un kilo de residuos plásticos.
  • En Perú se usan en promedio al año 30 kilos de plástico por ciudadano.
  • Al año se usan cerca de 3 mil millones de bolsas plásticas, casi 6 mil bolsas por cada minuto.